lunes, 17 de noviembre de 2014


Gabriel Laguna Mariscal Siglo XXI

Estoy contigo, y no siento deseo
de cosechar el tiempo fugitivo,
ni deshojar la rosa caediza,
ni de hacer cábalas con días venideros.
No hay futuro contigo, ni pasado,
no tengo prisa, ni miedo ni esperanza,
estar contigo y ser dios es todo uno.
Vivir, un siempre eterno todavía.
Me iré, lo sé: ni busco ni rehúyo
dejar de ser, y cuando tenga
que abandonar esta sala de candelas de oro,
saldré como el comensal ahíto
que se marcha de un banquete tras los postres.
Y no me engaño recolectando días,
boniatos, edades, ajos, mocedades, zanahorias.
Mientras hablamos, sé muy bien
que habrá huido el tiempo, el muy cabrito.
Pues no me da la gana perseguirlo.

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